2020 será recordado por el año de la pandemia, del covid-19, del coronavirus. Un año triste, difícil, donde muchos han sufrido por los efectos que esta enfermedad ha causado en la salud de la gente y en su economía. Un año prácticamente nulo para celebrar bodas, debido a las circunstancias de aforos limitados, mascarillas, viajes cancelados...
Pero siempre hay ocasiones en las que vencer a las adversidades. Es el caso de Ane e Íñigo. En su momento ya decidieron que su boda sería de pocas personas y, al coincidir con la finalización del estado de alarma, pudieron celebrar su enlace. Aún en medio de la complicada situación que se vivía, consiguieron sacar su mejor sonrisa y alegrarse el día ellos y sus familiares que les acompañaron. Ane llevó un vestido hecho a su gusto por Borgia Novias, y ramo elaborado por Goya Floristas, ambos de Vitoria-Gasteiz.
En el entorno de Armentia pudimos disfrutar de una magnífica sesión fotográfica. Posteriormente, celebraron todos juntos en el restaurante El Portalón, magnífico edificio del siglo XV, edificado un siglo después de que en Europa y otros lugares del mundo hiciera estragos otra pandemia, la peste negra. La historia se repite pero la vida renace. Y el amor continúa...