Conocí a Angélica y Josep en otra boda. Y lo que fue evidente, para mí y para toda la gente que asistió, es que Angelica es todo dulzura y Josep es la simpatía personificada.
Cuando quedamos para formalizar el contrato, me convencí de nuevo de que esta pareja daría mucho juego en un reportaje de fotos. Así fue.
La boda tuvo dos partes. El sábado, la ceremonia oficial en el Ayuntamiento de Vitoria, junto a su familia y amigos cercanos, en la que aprovechamos para dar un paseo por el entorno del casco medieval de Vitoria.
El domingo se celebró la ceremonia religiosa en el entorno de las Bodegas Eguren Ugarte, en Laguardia, un escenario magnífico donde disfrutamos de la simpatía de esta pareja y en la que aportaron su granito de arena, de manera notable, todos los que asistieron, dando lugar a muchos momentos entrañables y divertidos.
Fue una jornada maravillosa, en plena Rioja Alavesa, con el amor brotando por todos los rincones, como si fuera el vino que almacena esta hermosa tierra.